Los programas de conservación de energía no necesariamente implican grandes inversiones en sistemas y equipos nuevos. A menudo, los equipos de mantenimiento de las instalaciones o los contratistas externos pueden lograr ahorros significativos en la energía eléctrica usada y facturada tan solo probando y afinando los sistemas con los que ya cuentan. Con solo cambios operativos o prácticas de mantenimiento distintas, pueden encontrar ahorros que fortalezcan los resultados finales o que se puedan reinvertir para obtener ahorros aún mayores.