En 2005, la mayoría de las instalaciones recibieron su factura mensual de servicio eléctrico y la tomaron como un gasto estándar de sus negocios. Cuando el petróleo superó los USD 100 por barril, las actitudes cambiaron prácticamente de la noche a la mañana, lo que generó un gran interés en los acondicionamientos conscientes sobre el uso de la energía que antes no hubieran sido rentables.