| La temperatura y la humedad son los elementos fundamentales de la calidad del aire.
Confiamos en los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado para mantener unos niveles aceptables de temperatura, humedad y ventilación para lograr el bienestar y la comodidad de los usuarios y, ahora más que nunca, para ayudar a regular el estado de salubridad de los edificios y gestionar los cada vez mayores costes de consumo de energía. La relación entre el sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado, los requisitos de espacio ocupado, los materiales del edificio, las condiciones meteorológicas y la presión diferencial es un proceso dinámico que no deja de cambiar para el diagnóstico de la calidad del aire.
Comprobación de la calidad del aire:En cualquier tipo de clima, se deben mantener las condiciones de calidad del aire para anular o impedir la proliferación o colonización de ácaros del polvo, bacterias, virus, hongos y esporas de moho, así como otros bioaerosoles. Si no se lleva a cabo un seguimiento o control adecuado, las condiciones de la calidad del aire se pueden degradar rápidamente hasta el punto en que dichas condiciones propicien el crecimiento biológico.
El control del movimiento del aire nos permite acondicionarlo, limpiarlo, calentarlo, refrigerarlo, aplicarle humedad, reducirle humedad, extraerlo, ventilarlo, diluirlo, mezclarlo, distribuirlo, acelerar su movimiento, ubicarlo, mantener zonas agradables para los usuarios o mantener un buen estado de salud en los edificios entre otras cosas, puesto que la lista de posibilidades no tiene fin. Para que el equipo tenga un buen rendimiento, son fundamentales unos volúmenes de aire adecuados en los conductos del sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Si los volúmenes de aire de los conductos del sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado no fueran los apropiados, el aire no se acondicionaría según los fines para los que se diseño el equipo, los costes de funcionamiento serían elevados y la esperanza de vida del aparato se vería reducida.
Hoy en día, los límites de las responsabilidades de la calidad del aire no quedan claros entre las profesiones que comparten interés en la salud humana y la salubridad de los edificios. Por tanto, nos preguntamos si la calidad del aire en un entorno de interiores contribuye de forma activa en la productividad de los empleados, la capacidad de concentración de los estudiantes, la recuperación de pacientes y la salubridad de los edificios al tiempo que reduce las posibilidades de daños estructurales y la colonización o el crecimiento microbiano. Asimismo, cabe preguntarse si están optimizados los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado para luchar por el equilibrio entre la promoción de una buena calidad del aire y la gestión de los costes de consumo de energía. La investigación y la educación están contribuyendo a ampliar el sector, dado que éstas están movidas emocionalmente por la especulación y los pleitos. En la actualidad, el seguimiento y el mantenimiento de valores fundamentales de calidad del aire sanos, seguros y agradables son procesos esenciales en entornos de edificios. | |
| |